Pero bueno, eso forma parte de los maravillosos años como estudiante de informática. Ahora nos podemos llegar a hacer otra pregunta bien diferente, ¿podría un virus informático, página web, vídeo o cualquier otro formato audiovisual producir algún efecto nocivo sobre el ser humano?. Recuerdo una película, aunque no el título, con una temática similar. Películas, siempre tan alejadas de la realidad.
El 5 de marzo Alejo me remitía una noticia “Vulnerabilidad grave en OpenSSL”. Aunque no le presté gran atención la metí en alguna de mis neuronas perdidas. No es temática adecuada en el ámbito de la asignatura de PSI y, en mis campos de interés, hay otros en el orden de preferencias. La generación de fluctuaciones en la alimentación de energía de un dispositivo para obtener una clave no me preocupa demasiado. Pero sin duda alguna es una noticia curiosa.
El 18 de marzo paso un rato entretenido con una entrada de “security art work” titulada “Ataques tempest”. De esta entrada literalmente “Existen varias conjeturas alrededor de dicho término (TEMPEST); se dice que su nombre en clave procede de una operación militar que comenzó por la década de los años 50 en EEUU, en plena Guerra Fría, y que tenía como objetivo el estudio y utilización de las emisiones electromagnéticas no intencionadas de equipos electrónicos para la obtención de información, así como el desarrollo de normativas para su protección ante la posibilidad del uso indiscriminado de este tipo de ataques. Aunque el gobierno de EEUU ha indicado que este término no es un acrónimo y que no tiene un significado en particular, se le han buscado diferentes significados, uno de los más conocidos es Transient ElectroMagnetic Pulse Emanation Standard. Otro término, quizá más correcto para hablar de esta amenaza, es la de Emission Security (EMSEC)”. Tal vez se debería dejar en tempest=tempestad.
Tras algunas búsquedas del tema me paso otro buen rato con una entrada del 20 de marzo de “todo es seguro” titulada “simulacro de tempest”, en la que a modo de prueba, sobre una ISO para vmware, se ejecuta un programilla que saca cuadraditos en pantalla que producen, sobre una radio de las de toda la vida, en AM 1500 Hz, música de Bethoven. Esto se parece algo más, pero en versión no macabro, a la película cuyo título no recuerdo.
Bueno, parece que se ha puesto de moda algo que lleva entre nosotros desde los años 50. Personalmente no tenía constancia de este tipo de ataques, pero nunca es tarde para aprender. Al respecto, los mortales siempre vamos tarde, entre 50 y 60 años de retraso. Pensando en que el ámbito científico militar de EE.UU lleva con esto desde los años 50, habrá desarrollado todo tipo de trabajos de investigación con magníficos resultados que, posiblemente, conoceremos, o al menos hablaremos de ellos, dentro de otros 50 años.
Ante esto nos podemos hacer la siguiente pregunta, ¿puede un campo electromagnético dañar o producir cierto malestar en un organismo vivo?. Obviamente en el caso de altas frecuencias la respuesta es conocida y afirmativa. Otro tema diferente es el caso de las bajas frecuencias. En otras palabras, ¿podría el software+hardware dañar a un ser vivo?. Varios años en un laboratorio de informática médica me ha servido para, como mínimo, interesarme por estos temas. En este sentido, recomiendo el documento titulado “Campos Electromagnéticos y Salud Pública”, de la Subdirección General de Sanidad Ambiental y Salud Laboral de la Dirección General de Salud Pública y Consumo del Ministerio de Sanidad y Consumo. Documento realmente interesante para los que vivimos rodeados de computadores, SAIs, impresoras, grandes servidores, activos de red, inalámbricos, etc., etc. Para que luego digan que no nos merecemos un plus de peligrosidad. Entre los múltiples gráficos disponibles en dicho documento adjunto el siguiente.:
En este trabajo se tratan todo tipo de temas relacionados con campos electromagnéticos y salud. Su principal objetivo es determinar qué condiciones de exposición a Campos Electromagnéticos podrían comprometer la salud o el bienestar de la población, y en qué grado lo harían. Sin duda alguna este documento aporta una gran cantidad de información para tratar de buscar respuestas a la pregunta ¿Son peligrosos para la salud los campos electromagnéticos?
Algunos fenómenos electromagnéticos se pueden describir más fácilmente si la energía no se asocia a las ondas sino a “partículas elementales o fotones”. Esto es lo que en física se conoce como dualidad “onda-partícula” de la energía electromagnética. La energía asociada con un fotón, depende de su frecuencia. Cuanto mayor es la frecuencia de una onda electromagnética (y, por consiguiente, menor es su longitud de onda) mayor es la energía de un fotón asociado con ella. El contenido energético de un fotón a menudo se expresa en términos de “electrón-voltio” o “eV”.
Cuando se estudian los efectos biológicos de radiaciones electromagnéticas es importante distinguir dos rangos de radiaciones: ionizantes y no ionizantes, cuyos mecanismos de interacción con los tejidos vivos son muy diferentes. Tranquilos, las nuestras son no ionizantes.
Las radiaciones no ionizantes comprenden la porción del espectro electromagnético cuya energía no es capaz de romper las uniones atómicas, incluso a intensidades altas. No obstante, estas radiaciones pueden ceder energía suficiente, cuando inciden en los organismos vivos, como para producir efectos térmicos (de calentamiento) tales como los inducidos por las microondas. También, las radiaciones no ionizantes intensas de frecuencias bajas pueden inducir corrientes eléctricas en los tejidos, que pueden afectar al funcionamiento de células sensibles a dichas corrientes, como pueden ser las células musculares o las nerviosas. Algunos estudios experimentales, realizados generalmente sobre cultivos de células, han mostrado respuestas biológicas a radiaciones no ionizantes demasiado débiles para inducir efectos térmicos o corrientes intensas. Sin embargo, la relevancia de estos resultados en lo que refiere a posibles efectos de los Campos Electromagnéticos débiles sobre la salud son muy cuestionables.
En este documento se apunta que un efecto biológico se produce cuando la exposición a los Campos Electrómagnéticos provoca una respuesta fisiológica detectable en un sistema biológico. Un efecto biológico es nocivo para la salud cuando sobrepasa las posibilidades de compensación normales del organismo.
Cuando un sistema vivo es sensible a un Campo Electrómagnético de una determinada frecuencia, la exposición puede generar modificaciones funcionales o incluso estructurales en el sistema. Ante esto debemos preguntarnos, ¿a qué frecuencias somos más sensibles los informáticos?
En este documento también se recoge una revisión de los resultados de las principales investigaciones de los Campos Electromagnéticos referentes a los efectos biológicos sobre el sistema nervioso, cambios en los ritmos biológicos, campos electromagnéticos y cáncer, genotoxicidad, promoción tumoral, etc., etc.
Y con el tremendo sueño que arrastro, y dado que existe una cierta probabilidad de que mi pantalla me esté machacando mi fenotipo, he decidió dejar este interesante documento en la página 22 de sus 75. Mañana volveré a encender mi cacharro para ver si me crece pelo.
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Como siempre digo en clase, un poco de humor viene bien para todo